
CENTRO INTERDISCIPLINARIO DE ESTUDIOS ADMINISTRATIVOS

¿Cómo convertir a El Salvador en un país de emprendedores?
Es necesario incentivar la cultura del emprendimiento desde la escuela, con enseñanza que desarrolle habilidades para formar empresarios, la habilidad de asumir riesgos y superar dificultades para sacar negocios adelante.
El emprendimiento es un tema que me apasiona. Es por esto que cada vez que se me presenta la oportunidad, aprovecho para concientizar y dialogar abiertamente con los jóvenes de nuestro país. Recientemente, estuve con un buen amigo en un foro en la Universidad Francisco Gavidia, donde aproveché para contar mis experiencias en el mundo emprendedor. Y es que necesitamos cambiar nuestra mentalidad y darnos cuenta de lo vital que es para el desarrollo de El Salvador que nos atrevamos a emprender. Uno de mis más grandes sueños es que El Salvador se convierta en un país de emprendedores.
Y no estamos tan lejos de convertir esto en una realidad. Los salvadoreños ya tenemos ese espíritu emprendedor. Según datos de el Global Entrepreneurship Monitor 2015 (GEM), un 32.1 % de la población adulta en El Salvador es emprendedora. Lamentablemente, este reporte también refleja que un 10.8 % de esta población que decide emprender, termina cerrando. Tenemos la tasa de abandono de negocios más grande de Latinoamérica.
Factores como la inseguridad ciudadana, falta de planificación, políticas públicas poco favorables y burocracia, entre otras, son algunas de las razones por las que las nuevas empresas fracasan o por lo que la gente no se atreve a emprender. Solo por mencionar un ejemplo, estos emprendedores han tenido que superar al menos ocho pasos en menos de 15 días… y han tenido que cancelar hasta $1,600 en derechos de registros y honorarios a profesionales. Para que tengamos un margen de comparación, en Nueva Zelanda estos trámites se reducen a dos pasos en un solo día, y se cancela únicamente $200 en registros y pagos de honorarios.
Incrementar el porcentaje de nuevos negocios no solo sería de beneficio para la población, sino también para el gobierno, pues cada nueva empresa representaría una nueva fuente de ingresos y generaría crecimiento económico y ayudaría a reducir la pobreza en el país. Pero, para lograr esto, es necesario educar y tecnificar a la población, comenzando con la institucionalización de la enseñanza del idioma inglés desde temprana edad. Esto abriría muchas puertas a los emprendedores, pues les permitiría hacer uso de la tecnología para poder expandirse a cualquier parte del mundo.
Además, es necesario incentivar la cultura del emprendimiento desde la escuela, con enseñanza que desarrolle habilidades para formar empresarios, la habilidad de asumir riesgos y superar dificultades para sacar negocios adelante, principios éticos y habilidades para la planeación e implementación de negocios. Adicionalmente, el gobierno debería promover carreras que vayan acorde a las necesidades del siglo XXI y garantizar que la de educación sea de fácil acceso.
Otro de los factores que se debe mejorar es el acceso a financiamiento, pues este es uno de los impedimentos más grandes a los que se enfrentan los salvadoreños cuando quieren comenzar su negocio. Para que esto no sea un problema, el gobierno podría apoyar la constitución de fondos de inversión de capital de riesgo, crear incubadoras de negocios o motivar a las instituciones financieras a crear planes de microfinanciamiento.
Lo anterior está en manos del gobierno. Pero también hay que recordar que mientras más innovadora es una idea de negocio, es más probable que sea exitosa y que los salarios que se pague sean mayores. Uno de los mayores malestares hacia la empresa privada es que muchos de los salarios son bajos. Por esto es importante tecnificar a la gente, para que puedan tener acceso a empleos que generen un valor agregado. Porque son este tipo de empresas y este tipo de empleos los que van a sacar adelante a El Salvador, hasta convertirlo en un país de emprendedores.